“La contradicción es la raíz de todo conocimiento” (Hegel)
“Todo lo racional es real; y todo lo real es racional” (Hegel)
“En el pensamiento es donde reside la libertad” (Hegel)
La Filosofía de Hegel
Para entender a Hegel, debemos repasar primero la filosofía de Kant. Según Kant:
La realidad la contemplamos a través de nuestras categorías del entendimiento. Es decir, lo principal es el sujeto, el mundo interior.
El mundo exterior lo contemplamos a través de nuestras “gafas” conceptuales. La mente es un agente activo que configura los objetos de su experiencia.
Nuestro conocimiento está limitado por la experiencia sensible y por nuestras estructuras conceptuales. Hay que distinguir entre fenómeno (el mundo exterior perceptible) y el noúmeno, la cosa en sí (Ding on sich), la verdadera realidad que es incognoscible por la mente humana.
Las categorías de la mente solo se pueden aplicar el mundo fenoménico y no a la realidad última (la cosa en sí), la realidad trascendental. No podemos alcanzar el conocimiento científico del mundo nouménico. Por lo tanto, la metafísica no puede ser considerada una ciencia.
Dios es una idea transcendente que no corresponde a ningún objeto. Es el producto de nuestra razón pura.
Es su teoría del idealismo transcendental, una revolución que Kant mismo calificó de “copernicana”, por su analogía con el sistema heliocéntrico, con el sujeto como centro.
Hegel persiguió una visión de la totalidad basada en una realidad unitaria, más allá de la concepción de Kant. Hegel no estaba de acuerdo con el dualismo sujeto-objeto de Kant, en donde el objeto está subordinado al sujeto.
Hegel intentó liberar al conocimiento de toda limitación o condicionamiento, oponiéndose a toda interpretación fragmentaria de la realidad. Quería elaborar una teoría unitaria sobre la realidad en su totalidad, y unificar a través de la razón mundo interior y mundo exterior, sujeto y objeto, fenómeno y noúmeno.
Lo absoluto es la razón. Lo racional es real, y lo que es real es racional. Por lo tanto todo es cognoscible. Todo lo que existe es la razón, todo lo demás son manifestaciones o fenómenos de la razón.
No hay realidad que no tenga justificación racional. Entre sujeto y objeto no hay ninguna barrera infranqueable. Por lo tanto, la metafísica forma parte de la ciencia.
La razón no es estática. Es una potencia dinámica llena de posibilidades que se van desarrollando con el tiempo.
La filosofía es una tendencia hacía un saber universal y necesario de la realidad de lo total. La verdad es el todo.
El sistema filosófico de Hegel se denomina “idealismo absoluto”, y utilizó un nuevo método de razonamiento que denominó “dialéctica” un término ya utilizado por el filósofo griego Heráclito [ver Adenda]:
Todo es dialéctico. La realidad es dialéctica. El conocimiento es dialéctico. La estructura de la realidad es dialéctica.
La dialéctica se basa en la lucha de los contrarios y su superación en un nivel superior. Es un proceso basado en la llamada “triada dialéctica”:
Tesis. Es una aspecto o momento abstracto o intelectual (afirmación, concepto o realidad).
Antítesis. Es la negación de la tesis.
Síntesis. Es la superación del conflicto entre tesis y antítesis. La síntesis se convierte en una nueva tesis, a la que se opondrá una antítesis para dar lugar a una nueva síntesis, y así sucesivamente en un proceso ascendente.
El protagonista de la dialéctica no es el ser humano, sino el Espíritu (Geist) que rige la realidad. Espíritu no es lo opuesto a materia, sino lo más profundo y real de lo existente, la fuente de todo.
Todas las cosas son contradictorias en sí mismas. La contradicción es la raíz de todo movimiento. Solo lo que encierra una contradicción se mueve.
Causa y efecto son momentos de la dependencia recíproca universal. La misma cosa se presenta como causa y luego como efecto.
La lógica es el reino del pensamiento puro, y también es la ciencia del proceso, del devenir. La lógica se divide en tres partes: la lógica del ser, la lógica de la esencia y la lógica del concepto. Las dos primeras lógicas son subjetivas. La tercera es una lógica subjetiva. La lógica de la esencia se basa en las categorías ontológicas fundamentales. Los conceptos reflejan la esencia y las conexiones e interdependencias ocultas de los fenómenos.
La realidad es la unión de esencia y existencia. La esencia no está detrás o más allá del fenómeno, sino que se concreta o manifiesta en el fenómeno.
En la lógica dialéctica, la razón va deduciendo un concepto otras otro, abarcando cada vez extensiones más profundas de la realidad, y descubriendo la verdad de algo tras haber captado su relación con el todo.
El principio lógico de identidad hay que sustituirlo por el de transformación incesante.Y el principio lógico de no-contradicción hay que sustituirlo por el de la unidad de los contrarios.
El principio del tercero excluido (algo es A o no es A) es una proposición que parece rechazar la contradicción, pero al hacerlo se sitúa en un nivel superior a A y no-A, uniendo ambos.
El carácter dialéctico de lo real significa que cada cosa es lo que es y solo llega a serlo en relación y dependencia con otras cosas y, en último termino, con la totalidad de lo real. Los hechos son relaciones a pesar de su aparente independencia.
La realidad no es fija ni determinada. Está en constante proceso de transformación y cambio, cuyo motor es su interna contradicción constituida como oposición de contrarios.
Cada realidad particular remite a la totalidad, y solo puede ser comprendida y explicada en relación al todo. Cada realidad, cada cosa, es un momento del todo, que se constituye en el todo.
La verdad es la totalidad de todos los aspectos de los fenómenos de la realidad y sus relaciones. “La verdad es el todo”.
El conocimiento es un proceso dialéctico de superación de contradicciones, de unión de opuestos. El conocimiento tiene estructura dialéctica porque la realidad es dialéctica y porque el conocimiento es un aspecto o dimensión de la realidad. La dialéctica es también un método conocimiento.
El conocimiento, estructuralmente, consiste en la relación sujeto-objeto. El conocimiento total y absoluto se alcanza con la identidad entre ambos. Con la unión de opuestos se alcanza la sabiduría.
El conocimiento dialectico es un conocimiento absoluto. Gracias al conocimiento absoluto adquiere validez y sentido cada conocimiento particular.
Todo es cognoscible porque sujeto y objeto son manifestaciones de una misma realidad absoluta. Hay identidad entre ser y conocer.
Hay que interpretar la historia desde la racionalidad. Hay un Espíritu que dirige la historia. La historia transcurre según las leyes o categorías dialecticas siguientes:
Variación. Todo cambia. La historia es el paso de todo lo parcial hacia la totalidad.
Negación. El Espíritu no cesa de destruirse y construirse constantemente. “De la muerte surge la vida”.
Razón. La razón es la sustancia de la historia. Es conciencia del sujeto y del objeto. Es el encuentro y reconciliación del sujeto con el objeto.
Libertad. Es el principio fundamental que hace posible la historia en el Espíritu a nivel subjetivo. La meta de la historia es el Espíritu y el fin que persigue el Espíritu es la conquista de la libertad. La historia es la superación total de todo proceso, la máxima unidad de contrarios, la culminación y plenitud de todo ser, la expresión máxima de la razón y la libertad.
MENTAL vs. Hegel
Existen extraordinarias analogías (aunque con diferente terminología) entre Hegel y el paradigma MENTAL, de tal manera que desde la filosofía universalista de este lenguaje se comprende mejor al filósofo alemán:
Hegel propuso una visión unificada de la realidad, una visión de la totalidad.
MENTAL es un paradigma universal.
Hegel intentó superar el dualismo sujeto-objeto de Kant. Hegel fue un filósofo monista.
MENTAL es una filosofía monista, basada en que la realidad interna y externa comparten los mismos arquetipos primarios.
Hegel tenía fe en la razón, de que nada escapaba a la razón, que todo es inteligible y cognoscible.
En MENTAL la razón, lo inteligible, reside en los arquetipos primarios, que constituyen el fundamento de todo lo existente y el fundamento de todo conocimiento.
Para Hegel, lo absoluto, la esencia de todo, es la razón. Todo lo existente (los fenómenos) son manifestaciones de la razón.
En MENTAL, lo único real y verdadero que existe son los arquetipos primarios. Todo lo demás son manifestaciones de los arquetipos primarios.
Para Hegel, todo conocimiento particular se sustenta en la razón y su estructura dialéctica.
En MENTAL todo conocimiento (expresión) está sustentado por los arquetipos primarios.
Para Hegel, la dialéctica es un método de conocimiento,
MENTAL es el fundamento del conocimiento y un método para construir conocimiento.
Para Hegel, la sabiduría se alcanza con la unión de opuestos.
Con MENTAL se produce la unión integral de opuestos, con el que se alcanza la trascendencia y la sabiduría.
Para Hegel, toda la realidad es dialéctica, todo tiene dos polos en constante oposición, pero armonizables desde un nivel superior (la síntesis).
En MENTAL los arquetipos primarios son de tipo dialéctico y su síntesis es el propio lenguaje, desde el que se tiene una visión unificada de la realidad.
Hegel considera tres dominios lógicos: el del ser, el de la esencia y el de los conceptos.
En MENTAL también podemos considerar tres dominios: el del ser (inaccesible por la razón), el de la esencia (los arquetipos primarios) y el de las manifestaciones de la esencia (las expresiones).
Hegel centró la racionalidad en la lógica. En MENTAL, la lógica (representada por la primitiva “Condición”) es solo una de las dimensiones de la esencia y de la realidad.
Para Hegel, todo está en constante transformación, cuyo motor es la oposición de los contrarios, pero que evoluciona hacia la unidad.
MENTAL es el resultado de la evolución del pensamiento humano hacia la conciencia, donde todo se contempla como una misma cosa. Una vez establecido en este lenguaje síntesis (o lenguaje de la conciencia) todo lo que puede expresarse ya existe. Cuando construimos una expresión accedemos a algo ya existente.
Para Hegel, la metafísica forma parte de la ciencia.
MENTAL es metafísica porque los arquetipos primarios son inexpresables. Y también es ciencia, porque las manifestaciones de dichos arquetipos primarios son expresables.
Adenda
Hegel vs. Heraclito
Existen varias analogías entre el pensamiento de Hegel y el de Heraclito.
Para ambos, el fundamento de todo está en el cambio incesante. Todo se transforma en un proceso de continua creación y destrucción. Esta permanente movilidad se basa en la estructura de los contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas. Este fluir está regido por el Logos, la razón universal, que no solo rige el devenir del mundo, sino que se manifiesta internamente en el ser humano. El equivalente en Hegel es el Espíritu (Geist).
Para Hegel hay una evolución creciente e irreversible hacia el Espíritu universal. En Heraclito la transformación universal es cíclica, con dos etapas: una ascendente (de expansión) y otra descendente (de contracción).
Heraclito es considerado el padre de la dialéctica (literalmente, “arte de la conversación”) en Occidente, el primero en considerar que la contradicción no paraliza, sino que dinamiza.
Heraclito fue incluso más allá de los opuestos particulares, pues también unió los opuestos genéricos de cambio y no cambio (o permanencia), pues veía a las cosas permanecer cambiando y cambiar permaneciendo.
Bibliografía
Adorno, Theodor W. Tres estudios sobre Hegel. Taurus, Madrid, 1974.
D'Hondt, Jacques. Hegel. Tusquets, 2002.
Hegel. Ciencia de la lógica. Ediciones del Solar, 1982.
Hegel. Fenomenología del Espíritu. Pre-Textos, 2006.
Hegel. Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas: Lógica, Naturaleza y Espíritu. Alianza Editorial, 2000.
Heidegger, Martin. La fenomenología del espíritu de Hegel. Alianza Editorial, 1992.